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42.7 Interrogador: Me gustaría tratar de hacer una analogía para esto en tercera densidad.
Muchas entidades aquí sienten gran compasión por aliviar los problemas físicos de los otros-yo de tercera densidad tratándoles de muchas maneras, llevándoles comida si hay hambre—como lo hay ahora en las naciones africanas—y medicina si creen que requieren ayuda médica, y siendo altruistas en todos estos servicios en gran medida.
Esto está creando una polarización, o una vibración, que está en armonía con el rayo verde o cuarta densidad. Sin embargo, no se equilibra con la comprensión de la quinta densidad de que estas entidades están experimentando un catalizador, y un mayor balance de sus necesidades sería proporcionarles el aprendizaje necesario para alcanzar el estado de consciencia de la cuarta densidad en vez de administrar sus necesidades físicas en este momento. ¿Es esto correcto?
Ra: Soy Ra. Esto es incorrecto. Para un complejo mente/cuerpo/espíritu en estado de inanición, la respuesta adecuada es la alimentación del cuerpo. Puedes extrapolar a partir de esto.
Sin embargo, por otro lado, tienes razón en tu suposición de que la respuesta del rayo verde no es tan refinada como la que ha sido llenada de sabiduría. Esta sabiduría permite a la entidad apreciar sus contribuciones a la consciencia planetaria por la cualidad de su ser, sin interés en la actividad o el comportamiento en la espera de resultados en los planos visibles.
50.7 Interrogador: Gracias. ¿Podrías ampliar este concepto a continuación? Que es necesario que una entidad, durante la encarnación en lo físico, como la llamamos, se polarice o interactúe adecuadamente con otras entidades, y por qué esto no es posible entre encarnaciones cuando es consciente de lo que quiere hacer, sino por qué tiene que venir a una encarnación y perder la memoria, la memoria consciente, de lo que quiere hacer y luego actuar de la manera que espera hacerlo. ¿Podrías ampliar esto, por favor?
Ra: Soy Ra. Pongamos el ejemplo del hombre que ve todas las manos de póquer. Así entonces conoce el juego. El apostar no es más que un juego de niños, ya que no supone ningún riesgo. Las otras manos son conocidas. Se conocen las posibilidades y la mano se jugará correctamente, pero sin interés.
En el tiempo/espacio y en la densidad verde de color verdadero, las manos de todos están abiertas al ojo. Los pensamientos, los sentimientos, los problemas: todo esto puede ser visto. No hay engaño ni deseo de engaño. Así, se puede lograr mucho en armonía, pero la mente/cuerpo/espíritu gana poca polaridad en esta interacción.
Volvamos a examinar esta metáfora y multipliquémosla en la partida de póquer más larga que puedas imaginar: una vida. Las cartas son el amor, el desamor, la limitación, la infelicidad, el placer, etc. Se reparten, y se reparten, y se reparten continuamente. Durante esta encarnación puedes empezar—y resaltamos lo de empezar—a conocer tus propias cartas. Puedes empezar a encontrar el amor dentro de ti. Puedes empezar a equilibrar tu placer, tus limitaciones, etc. Sin embargo, tu única indicación de las cartas de los otros-yo es mirar a los ojos.
No puedes recordar tu mano, sus manos, quizás incluso las reglas de este juego. Este juego sólo puede ser ganado por aquellos que pierden sus cartas en la influencia fundidora del amor; sólo puede ser ganado por aquellos que ponen sus placeres, sus limitaciones, su todo sobre la mesa boca arriba y dicen interiormente: «Todos, todos los jugadores, cada uno de los otros-yo, cualquiera que sea su mano, los amo».
Este es el juego: conocer, aceptar, perdonar, equilibrar y abrir el yo en el amor. Esto no puede hacerse sin el olvido, pues no tendría peso en la vida de la totalidad del ser mente/cuerpo/espíritu.
Los libros originales de la Ley del Uno tienen copyright 1982, 1984, 1998 L/L Research. Los libros del Ra Contact tienen copyright 2018 L/L Research y Tobey Wheelock
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